
6 de septiembre de 2025, Miami – El LoanDepot Park se convirtió en un pedacito de Nicaragua durante la Celebración de la Herencia Nicaragüense, en una noche en la que los Miami Marlins recibieron a los Philadelphia Phillies. Más allá del marcador final (5-3 a favor de los visitantes), el estadio fue escenario de una jornada donde el béisbol se unió a la música y la cultura nicaragüense en una velada inolvidable.









Una apertura llena de tradición y orgullo
El inicio estuvo marcado por la danza y el color del Ballet Folklórico Nicaragüense Azul, que presentó un pre-show vibrante en el terreno, despertando el entusiasmo de los asistentes.
Acto seguido, el estadio se llenó de solemnidad con los himnos nacionales: el Himno de Nicaragua, interpretado por Crystiana Somarriba, y el Himno de Estados Unidos, a cargo de la soprano Sarah Cambidge del New World School of the Arts, institución afiliada a Miami Dade College.
La emoción alcanzó un punto alto cuando Sheynnis Palacios, Miss Universo 2023, subió al montículo para realizar el primer lanzamiento, gesto simbólico que entrelazó la identidad cultural nicaragüense con el espíritu deportivo.
El clímax ceremonial llegó con el tradicional “Play ball!”, pronunciado con energía por la artista nicaragüense María Fernanda Vogel, dando inicio oficial al partido y llenando de orgullo a los presentes.












María Fernanda Vogel: cuando el arte toma el diamante
Además de ser la voz que abrió el juego, María Fernanda Vogel fue la creadora de la camiseta conmemorativa de la Herencia Nicaragüense, un diseño que llevó a la prenda los paisajes, volcanes, fauna y mar de Nicaragua, plasmados en tonos azules, dorados y plateados.
Durante el encuentro, Vogel compartió con decenas de fanáticos en una concurrida sesión de firmas de jerseys, donde la camiseta se transformó en pieza de colección y símbolo de identidad cultural.

Al ritmo vibrante del Caribe
Tras la competencia deportiva, la verdadera celebración continuó en clave musical. El LoanDepot Park se convirtió en pista de baile gracias a la energía de Philip Montalbán y su Banda Caribe.
Sonaron los clásicos del repertorio costeño como Palo de Mayo, Tululú, Miami y Vuelvo, contagiando al público de alegría y levantando a todos de sus asientos.
La velada, además, tuvo un propósito solidario: parte de lo recaudado fue destinado al Ballet Folklórico Azul, reafirmando que esta celebración no solo une a los nicaragüenses en la diáspora, sino que también impulsa la preservación de sus tradiciones.










Un legado que trasciende el diamante
La Herencia Nicaragüense en el LoanDepot Park no fue solo una noche de béisbol, sino un recordatorio de la fuerza de una comunidad que celebra sus raíces a través del arte, la música y la unidad. Entre bailes, canciones y símbolos, quedó claro que la cultura nicaragüense no conoce fronteras: florece allí donde su gente la lleva, con el mismo orgullo que resonó en cada rincón del estadio.